Daniel Bóveda: "Nos enfocaremos en que los migrantes puedan trabajar en la zona"

Daniel Bóveda. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

La formación en Sanxenxo al grupo de jóvenes migrantes llegados este martes estará orientada a la búsqueda de empleo en el sector pesquero o en la construcción, como explica el responsable de Accem en Galicia

¿Qué acciones formativas se llevarán a cabo en el municipio?
Mali es la nacionalidad de todos ellos y, debido al conflicto armado, no se puede garantizar que puedan vivir allí. Por ello, en principio vamos a incidir en las clases de español, talleres de contextualización con temas de ámbito geográfico para que sepan dónde estamos y cómo se divide España, y acciones de socialización, con perspectiva de género y conocimientos políticos, es decir, lo que es vivir en España. Luego veremos la situación de cada uno. El potencial de este año es que la mayoría de ellos ya obtendrían la autorización de trabajo que establece la propia ley de protección internacional en pocas semanas o meses y vamos a intentar hacer intermediación y prospección empresarial por la zona, porque muchos de ellos han trabajado en el sector marítimo-pesquero o en la construcción. También llevaremos a cabo formaciones para hacer una entrevista de trabajo. Ya que este año tenemos la seguridad jurídica de que pueden trabajar, nos enfocaremos mucho en esto, porque es su obsesión. 

En esta ocasión sí se han podido anticipar este tipo de actuaciones… 
Sí, tenemos más garantías y seguridad jurídica, porque el año pasado llegaban directamente de Canarias y había que empezar todo el proceso cuando llegaban a Sanxenxo. Ahora ya tienen la documentación. 

¿El trabajo es, a nivel general, la principal motivación para migrar entre estos jóvenes? 
Hay que tener en cuenta que el proyecto migratorio ya no es una cuestión de migrar tú para desarrollarte como persona. Migran porque tienen cargas familiares o porque en su aldea o pueblo han puesto esa expectativa en ellos. Son personas que, a pesar de estar criminalizadas según por qué sectores, lo que quieren y lo que claman es trabajar y vivir en paz. Por eso nos preocupan los discursos de odio. Por otra parte, también hay que romper el mito de que todo el mundo escapa de la pobreza. África no es solo pobreza. Hay vacunas y universidades. El discurso del odio suele aprovechar esto, diciendo que vienen sin vacunar o con enfermedades. 

¿Cómo ha sido el itinerario de estos jóvenes hasta su llegada a Sanxenxo y qué pueden esperar en el futuro? 
El grupo, según hemos podido ver en los papeles, llegó a principios de año a Canarias. Posteriormente fueron derivados a península y pidieron protección internacional en los CAED, y allí formalizaron esta protección internacional. Pasados los seis meses, que es en teoría cuando te tienen que resolver tu expediente, si no te lo han resuelto tienes derecho a trabajar, porque entienden que la administración no ha cumplido el tiempo establecido y te dejan buscarte la vida. Esta autorización de trabajo siempre está supeditada a la resolución. Si es negativa quedarías en situación irregular. Con Mali suele ser positiva porque se está aplicando la protección subsidiaria para países donde tu integridad física corre peligro, no por ser quien eres, sino por ser de donde eres, como se aplicó con Siria, Afganistán o Venezuela. Entendemos que a este grupo, que es de Mali, se le dará la protección subsidiaria antes o después, y con temas más específicos como Senegal o Mauritania habría que ver qué se puede hacer con el servicio jurídico si es que hay una persecución política, ya que también ha habido mucha inestabilidad en estas zonas.