La 'chica del cable' que se lleva el oro

▶ Lola Villalustre es la vecina de Sanxenxo a la que se le otorga, este año, una de las Cebolas de Ouro, por haber sido la telefonista de la población, incluídos Padriñán, Bordóns y Dorrón. ▶ Sus hijos están seguros de que esta mujer se merece el premio, pues recorría, caminando y con mal tiempo, casa por casa para dar avisos
Loló, la hija mayor de Lola Villalustre, junto a su madre. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Loló, la hija mayor de Lola Villalustre, junto a su madre. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

La risa más bonita de Sanxenxo es como algunos conocen a Lola Villalustre, quien fue la chica del cable del municipio años atrás y, a sus 89 años y después de una larga trayectoria, esta mujer es galardonada con la Cebola de Ouro de 2024 que homenajea todos los años a una persona especial de la villa turística. 

Lola tiene una enfermedad neurodegenerativa y es por ello que sus palabras han venido de la boca de sus tres hijos Loló, Jose y Nana Fajardo Villalustre quienes solo tienen palabras de amor hacia una mujer, madre y abuela que todo Sanxenxo y alrededores conoce. 

Todo comenzó gracias a la madre de esta mujer, que fue quien montó Telefónica en su casa, la misma casa en la que Lola nació y sigue viviendo. Esta es una de esas pequeñas viviendas que sigue habiendo en la Rúa Progreso de Sanxenxo, con más de 100 años y rodeada de edificios. Allí sigue en pie esta casa, que es de las pocas que quedan por las principales calles de Sanxenxo. 

Las razones por las que se conoce a esta mujer fueron expuestas en su candidatura a ser premiada por la Cebola de Ouro, presentada por Laura Camiña Moraña, la que en su momento fue la telefonista de Villalonga: "Ademais de encargarse da oficina, tamén se encargaba desinterasadamente de facerlle chegar persoalmente aos veciños as mensaxes ou recados que chegaban, ela achegábase aos domicilios para levarlle aviso das chamadas recibidas ou que ían recibir", tal y como se lee en la candidatura expuesta al Concello. Es por ello que sus hijos se sienten muy orgullosos de este galardón. "Estamos muy contentos, nosotros sabemos que lo merece, un poco tarde, ojalá dárselo cuando estaba bien, porque lo hubiese disfrutado muchísimo", cuenta su hija Loló, la primera de ellas que estuvo en este encuentro. 

Aún hace relativamente poco que Lola fue a ver la procesión por San Xenxo y es que "sale todos los días y yo, siempre vuelvo muy contenta, todo el mundo pregunta cómo está tu madre o hablan bien de ella", comenta su hija mayor con una sonrisa orgullosa. "La gente por la calle lleva diciéndonos años que había que darle la Cebola de Ouro". 

Lola Villalustre empezó a ser telefonista ya de soltera, heredó el trabajo que había comenzado su madre. "Quedó de jefa encargada y tenía sobre unas cinco chicas contratadas". La mujer iba vivienda por vivienda avisando a la gente. "Hacía los recibos e iba a cobrar por las casas: a Padriñán, Bordóns, Dorrón, siempre andando, hiciese el tiempo que hiciese". 

Loló es la única de los tres hijos que recuerda claramente a su madre trabajando. "Después ya todo el mundo tenía teléfono en casa y las telefonistas se trasladaron a Pontevedra, mi madre dijo que no iba porque tenía tres niños y nuestro padre estaba navegaba". 

Se podría decir que sin Lola no habría comunicación en Sanxenxo, es por ello que su labor era más que importante. "Eran 365 días al año, 24 horas al día", pues nunca se sabía si podría haber una urgencia".

Durante toda la entrevista, Lola estaba allí presente y se le escapaba alguna que otra carcajada. "Hay gente que nos dice que se le escuchaba reír y ya sabías que estaba ahí", comentan los hijos sonriendo, "incluso nos dicen que era la risa más bonita de Sanxenxo". 

La verdad es que esta Cebola de Ouro transmite alegría allí a donde va. Es una señora de su pueblo, que iba a misa todos los días y luego a jugar a las cartas con sus amigas, de las cuales aún alguna va a visitar a Lola para ver como se encuentra. "Cuando empezó a ponerse mala, aún la seguíamos llevando a jugar, y las amigas colaboraban echándole las cartas", añade su hijo Jose. 

Una abuela ejemplar

A parte de amiga, madre y buena compañera, Lola también es abuela. Una de sus nietas, Paula Torres, sabe que su abuela merece más que este premio pues para ella "es la persona más importante de mi vida, me crió de pequeña y crecí con ella", cuenta con emoción. "Es muy buena y alegre y sigue siéndolo incluso con la demencia, siempre risueña". Pues eso es lo que más define a Lola, siempre sonriendo, siempre alegre y siempre transmitiendo esa felicidad que, aún a día de hoy sigue conservando. 

Su familia destaca que esta Villalustre "siempre fue muy buena, siempre estuvo riendo y además es super fotogénica". Esto último se puede comprobar con la imagen que ilustra esta noticia. "Fue una mujer que disfrutó siempre de los viajes del Imserso", comenta su hija Nana, que destaca que su madre lo hacía sola o con amigas. Su marido se quedaba en casa, y "ella iba igual, era una mujer independiente". 

Una Cebola de Ouro 2024 que premia a una mujer muy conocida en Sanxenxo y, es el premio, a la risa más bonita de Sanxenxo.