La 'gélida' semana en que San Vicente de O Grove se transforma en Isla Decepción

El Ejército vuelve a elegir las aguas de Pedras Negras para adiestrar a los 13 militares que llevarán a cabo una nueva Campaña Antártica

 Uno de los ejercicios prácticos desarrollados en aguas de San Vicente. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Uno de los ejercicios prácticos desarrollados en aguas de San Vicente. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

El Puerto Deportivo de Pedras Negras, en O Grove, vuelve a acoger, como es tradición en los últimos diez años, a los integrantes del Ejército de Tierra que protagonizarán la 37 edición de la Campaña Antártica, la operación militar de España en el exterior más antigua. 

De este modo, durante una semana, este enclave de O Salnés se convierte para estos elegidos en una recreación de Isla Decepción, su gélido destino, un antiguo volcán y fortín ballenero, situado a 13.000 kilómetros de España y donde se encuentra la base Gabriel de Castilla. Allí permanecerán desde mediados de noviembre hasta marzo del próximo año.

Son 13, un número que se mantiene imperturbable y que tiene su lógica: cada componente está especializado en áreas perfectamente delimitadas. Y cada año uno repite misión para instruir a su relevo a pie de campo, lo que garantiza el perfecto funcionamiento de este engranaje humano.

¿Por qué O Grove? Porque según los analistas de la expedición, es la zona que más se asemeja a las condiciones acuáticas que se encontrarán en el continente helado, con la salvedad lógica de las temperaturas. Allí, al ser el verano austral, el termómetro oscilará entre los 0 y los 10 grados bajo cero, aunque en algunas tormentas puede bajar hasta los -25, con rachas de viento de 120 km/h.

La elección de O Grove se produjo hace diez años, a propuesta de un capitán de la Brilat que participaba en la expedición

Fue en 2014, gracias a un capitán de la Brilat que propuso probar el escenario de San Vicente, que los coordinadores de la misión aceptaron el cambio y desde entonces ya se ha convertido en campo de adiestramiento habitual.

Después de probar varios puntos de la costa española, los expertos lo consideran el lugar idóneo para estos ejercicios debido a sus características geográficas y climáticas, que permiten a los militares familiarizarse con condiciones adversas similares a las que encontrarán en la Antártida. La elección de esta localización también responde a la necesidad de contar con un entorno costero adecuado para la navegación de las embarcaciones que formarán parte de la misión.

A lo largo de estos días, los miembros de la expedición recibirán formación sobre navegación y movimiento, normas de seguridad y reglamentos de marcas y señales.

También realizarán prácticas de montaje y desmontaje de embarcaciones a motor, manejo de las mismas entradas y salidas de playa, navegación, empleo de GPS, saltos al agua, natación y empleo de trajes de supervivencia, así como rescates en el mar de un hipotético náufrago.

Objetivo: reducir el impacto humano en un entorno privilegiado

Entre las diferentes tareas que llevarán a cabo en Isla Decepción, los militares españoles contribuirán a minimizar el impacto medioambiental que conlleva la presencia humana en un lugar tan extremadamente sensible a las injerencias externas como la Antártida.

De hecho, la participación de nuestro Ejército en esta iniciativa es un ejemplo del compromiso del país con la investigación científica en el Polo Sur. Los militares no solo aseguran la logística y el transporte de materiales para los científicos, sino que también velan por la seguridad y el buen desarrollo de las investigaciones que se llevan a cabo en la base Gabriel de Castilla.

En el despliegue cobra especial protagonismo el buque de investigación oceanográfica Hespérides, de la Armada, que es la garantía de apoyo a las bases españolas. Entre sus desafíos está cruzar varias veces el temido Mar de Hoces (conocido como Paso de Drake), un pasillo inevitable hacia Isla Decepción al extremo de América del Sur y que está continuamente azotado por borrascas.