A pesar de que el tiempo es una de las bazas que se juegan a última hora, el sector turístico de las Rías Baixas pronostica otro verano de récord, con más visitantes y más facturación, pero con una emoción acotada. El horizonte que se perfila ahora mismo es positivo, pero tampoco es para lanzar cohetes porque la inflación sigue dando sus coletazos y el grueso de los viajeros recortarán gasto y estancia para mantenerse a flote. Vacaciones sí, pero sin perder de vista la cuenta del banco.
Medio millón de clientes en dos meses, pero un 15% menos de inversión por cabeza
En el primer cuatrimestre los concellos de las Rías Baixas rebasaron la barrera de los 326.000 viajeros, un 13% más que antes de la pandemia, y las quinielas que se manejan ahora mismo apuntan a que esta campaña estival también arrojará un saldo positivo. Así, a falta de descubrir cómo de potente será el tirón, el sector confía en superar el medio millón de clientes y las 1,3 millones de pernoctaciones que se contabilizaron el año pasado en los establecimientos hoteleros de las Rías Baixas durante julio y agosto, los dos meses estrella del verano.
Los agentes del ramo también predicen que la facturación romperá su techo de cristal y que la actividad turística acabará movilizando a final de año más de 3.200 millones de euros en este destino gallego. El Clúster de Turismo de Galicia calcula que la patronal sectorial ingresará "entre el 5% y el 7%" más que el año pasado, pero con un importante matiz y es que, tal y como advierte su presidente, Cesáreo Pardal, el repunte de la facturación no se deberá tanto a un mayor desembolso del turista, sino más bien a un mayor número de visitas y a una actualización de las tarifas en los establecimientos hosteleros, que de media "han subido un 10%" su carta de precios.
Precisamente, si hay algo en lo que prometen esforzarse las empresas del sector es en "elevar el gasto promedio por persona", porque los síntomas que se perciben no son muy halagüeños. "En el primer trimestre del año la inversión media diario del turista nacional se situó en los 62 euros y la del viajero internacional en los 120. Esto implica un 15% menos que el año anterior, por lo que, aunque cuesta mucho revertir la situación por la inflación que tenemos y la desproporción entre salarios y el coste de vida, intentaremos que ese gasto crezca", señala el presidente del Clúster.
Hoteles de O Salnés tienen el 80% vendido, pero los pisos turísticos ganan terreno
Así como el comienzo del año "fue bastante calmado", la Federación de Hostelería de Pontevedra palpa desde hace unas semanas un incremento en el volumen de reservas. Sobre todo en hoteles próximos a la costa y cercanos a áreas como las de Vigo y Sanxenxo, donde hay establecimientos "que ya tienen el 80% de las estancias vendidas".
El problema, según indica la gerente de la organización, Beatriz Carballido, es que la mayoría se pueden cancelar hasta 48 horas antes de la entrada, de modo que, si el tiempo no acompaña, la tasa de ocupación puede desplomarse. Más aún en Pontevedra, "la provincia que, junto a Murcia, es la más perjudicada por el tiempo. Aquí por exceso de agua y en el sur por defecto".
La portavoz añade que las buenas perspectivas que se manejan en estos momentos a nivel de ocupación "no tienen por qué repercutir en la parte económica". Especialmente, cuando los profesionales de la federación están viendo lo mismo que sus colegas del Clúster de Turismo, "que las estancias se están acortando" y que el dispendio en ocio está echando el freno " porque el gasto de la cesta de compra se ha disparado".
Carballido advierte, además, que los establecimientos hoteleros convencionales se enfrentan a otro hándicap: la creciente competencia de las viviendas de uso turístico, cuya oferta de playa supera en muchos ayuntamientos a la de hostales, pensiones y hoteles, y cuyas características atraen a una abanico de clientes cada vez mayor. "Este tipo de alojamientos están creciendo de una forma descontrolada. De hecho, es una de las cosas que exigimos a todas las administraciones, tanto locales como la autonómica: un mayor control de estas viviendas, porque están proliferando como setas", señala la gerente.
Las cifras del Instituto Galego de Estatística revelan que en la actualidad la provincia de Pontevedra tiene 59.912 plazas entre hoteles (27.205), pensiones (6.063), albergues (2.616), casas rurales (1.879), campings (16.385) y apartamentos turísticos (5.764). Un montante que cada vez recorta más distancias con las 55.705 plazas de las viviendas turísticas.
Turismo náutico, bodegas y camelias: ahí es donde se reforzará la oferta
La diputada de Turismo, Nava Castro, asegura que las perspectivas para la campaña de verano "son muy positivas" y que, al margen del posible recorte del gasto por viajero, "está previsto que la rentabilidad turística aumente" debido al incremento de las tarifas y a la respuesta de los turistas, "que siguen viniendo pese a la subida de precios".
Castro subraya que Pontevedra es la provincia con más establecimientos hosteleros acreditados con la Q de Calidad Turística. No obstante, también indica que el gran reto es que los viajeros "nos visiten los 365 días del año" y que, por este motivo, Turismo Rías Baixas ha comenzado a trazar estrategias para potenciar la oferta que permite desestacionalizar el sector.
Concretamente, avanza que los próximos esfuerzos irán orientados a reforzar el enoturismo, los productos relacionados con la camelia y el turismo náutico. "Estamos trabajando para que la gente no solo se plantee ir a la catedral de Santiago si llueve. Tenemos bodegas, rutas de la camelia y unas rías espectaculares en las que se puede desarrollar una actividad náutica casi todos los días del año", señala.
Hacen falta 6.000 profesionales
Otro hándicap que juega en contra del sector es la falta de personal. La Federación de Hostelería de Pontevedra mantiene el cálculo de que la provincia haría falta incorporar unos 6.000 profesionales para cubrir las vacantes disponibles en alojamientos y restauración. Este año incluso percibe que "hay más solicitudes de personal", aunque con la salvedad de que también detecta un mayor interés entre los jóvenes por trabajar en el sector. “Posiblemente, por la misma razón por la que se recorta el gasto, porque las familias necesitan más ingresos".
Más idiomas, más conexiones y telecomanda: las grandes materias pendientes
La escalada de turistas y facturación no implica, ni mucho menos, que el sector turístico de las Rías Baixas se encuentre en óptimas condiciones. El presidente del Clúster del Turismo de Galicia, Cesáreo Pardal, señala que la desestacionalización sigue estando entre las grandes asignaturas pendientes y que para ello es necesario disponer de mejores infraestructuras. Sobre todo con los aeropuertos gallegos o con la terminal de Oporto, "que introduce mucho turista internacional en Galicia", pero cuya conexión con las Rías Baixas todavía deja mucho que desear.
El portavoz añade que las líneas del AVE continúan siendo excluyentes con el noroeste peninsular y que las tarifas de los vuelos que unen Pontevedra con el territorio nacional se han disparado, "lo que influye negativamente a la hora de traer más turistas". Además, aboga por potenciar mucho más el enoturismo, los eventos culturales y deportivos, y la colaboración entre la esfera pública y privada: "Hace falta una mayor coordinación con el sector empresarial".
La Federación de Hostelería suma a la lista de deberes pendientes una mejor formación en idiomas, "por lo menos en inglés y francés", para dar respuesta al ascenso del viajero extranjero. Y una última cosa: reforzar la digitalización, ya que considera que puede paliar la falta de personal. "Con la telecomanda, por ejemplo, el camarero no tendrá que ir corriendo a cocina y al final de la jornada estará menos estresado y menos cansado".
El Camino prevé movilizar más de cuatro millones en la ciudad
El volumen de turistas que arrastra el Camino de Santiago hasta Pontevedra y su entorno también promete plantar una nueva pica en la serie histórica. El presidente de la Asociación de Amigos do Camiño Portugués, Tino Lores, augura que este año se rebasarán los 150.000 peregrinos que el ejercicio pasado pasaron por la ciudad y que, por extensión, se obtendrá un retorno superior a los cuatro millones de euros que, según sus cálculos, se movilizaron en 2023.
El portavoz explica que aproximadamente el 60% de los peregrinos se quedan a pernoctar en la ciudad y que, tirando por lo bajo, el gasto medio diario baila entre los 40 y los 50 euros. Una cantidad que, al contrario con lo que sucede con el turista convencional, sí ha crecido respecto a hace unos años y que, además, "se queda repartida en muchos establecimientos, desde la farmacia y la pastelería, al bar, la empresa de alquiler de bicicletas o el albergue privado". "El Camino favorece la economía local, pero además vemos que el perfil del peregrino tiene un poder adquisitivo mayor. Muchos van a hoteles y a buenos restaurantes, y eso se nota en la ciudad", indica Lores.
En lo que va de año, el Albergue Virgen Peregrina, el único público de la ciudad, ha registrado una media de ocupación del 60%, un 5% más que el año pasado. Las instalaciones disponen de 86 camas, si bien ahora mismo sus usuarios apenas representan un 10% de todos los peregrinos que transitan por Pontevedra, “porque la oferta de alojamiento ha crecido mucho”. La procedencia de los caminantes es cada vez más dispar y lejana. Lo único que preocupa a Lores es que el Camino pueda morir de éxito, y que "una posible masificación pueda deteriorar el nivel de calidad y romper el espíritu". Por ello, pide más "control y organización".
El 80% de las viviendas de uso turístico, reservadas
El poder tractor de las Rías Baixas también se percibe en las viviendas de uso turístico. Según datos facilitados por la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga), el 80% de los alojamientos de la costa pontevedresa ya están reservados para el mes de agosto. Las solicitudes comenzaron a principios de año y, a tenor de las cifras, no se han visto resentidas por el encarecimiento de las tarifas, que en este sector han crecido un promedio del 5%.
Los datos de agosto chocan con los de julio que, pese a caer antes en el calendario, arroja un índice de reservas mucho menor, del 50%
